POLÍTICAS DE ALTOS VUELOS

Ya está aquí Alejandro de vuelta. Eso significa que la cosa se pone en marcha. En realidad, tan sólo un disco con nombre de película de Chaplin puede hacer que deje de pensar en la cosa por un minuto (en realidad unos sesenta). Esta tarde vamos a buscar localizaciones por los rincones más oscuros del Toledo profundo, en especial esas que contendrán a Aubrey caminando por las calles. Es fundamental que no haya nada alrededor que evoque los tiempos modernos (vaya, otra vez). Recibimos la notificación de la subvención que esperábamos. No se han estirado mucho que digamos. Dicen que lo que pasa es que han decidido dar más ayudas de menor cuantía a más gente. Eso es lo que pasa siempre con las ayudas públicas. Se trata de medidas demagógicas encaminadas a gastar un presupuesto público que si no se les va de las manos. No se premian proyectos viables, ambiciosos y currados (y conste que a lo mejor el nuestro es una caca y no se lo merece), sino el mogollón, que es lo que cuenta. Hacer política no tiene, hoy, nada que ver con la ciudadanía. Más que eso, lo único que cuenta es la foto de turno, subirse al carro cuando cuenta y corre el asunto. No importa. Esto sigue para adelante, y sin duda con más fuerza. Y no es por hablar...